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¿Qué sé de la Libertad?

Jorge Ornelas. Febrero 2015

 

A Daniela Libertad la fui a conocer muchos años después de lo que debía, es como si hubiéramos estado parados en el mismo lugar dando vueltas siempre de espaldas uno del otro. Hace ya unos 8 años que nos presentaron y no hemos dejado de encontrarnos en todas partes; claro, el mundo del arte es chiquito y el de México aun más, pero bueno, aun así nos encontramos y nos encontramos muy seguido.
 
Doy esta introducción que poco aporta al hablar del trabajo de alguien pero me permite establecer la manera en que he podido ir aprendiendo a ver el trabajo de Daniela.

 

Cargado fuertemente por la idea del guión y del acto performático, su proceso ha ido desarrollándose en un campo de la narrativa que claramente es bien planeado pero que no permite entender del todo lo que sucede en él. En sus videos uno se encuentra en una atmósfera que nos narra y no nos dice, es como una pregunta que se formula una y otra vez de manera constante al ritmo de la respiración del espectador. Es como presenciar ese momento de claridad en el que se entiende que el acto de crear en el arte es el punto crucial y no sólo el pretexto; en su caso, el video y el acto performático son un espacio en donde sucede algo pero que no nos cuenta el final por que no lo hay, y no lo hay por que no lo debe haber.

 

Al paso de algunos años su producción ha encontrado otros caminos: el texto como dibujo, la palabra como enunciado, el enunciado como forma, el objeto, el objeto como escultura, el objeto como receptor de la acción y el dibujo como registro del movimiento. A partir de premisas concretas como, por ejemplo, la experimentación sobre el concepto del círculo, su trabajo ha desembocado en múltiples medios, realiza aproximaciones a un concepto a partir de un ciclo en el cual insiste y demuestra que el medio es el registro del proceso de investigación y del concepto. Es así que un círculo es pretexto para una acción, la acción se traduce en video y el video no es más que otro pretexto para registrar un círculo fugaz, de igual manera un gesto del cuerpo es huella de su espacio personal, del alcance de sus brazos, del diámetro que está ligado a nuestro eje.

 

El asunto finalmente es que el trabajo de Daniela Libertad nos señala cómo es que se conforma nuestro entorno, nosotros mismos; apunta a ese lugar que no vemos por falta de atención. No es lo simple de las formas y los conceptos, es lo complejo del enunciado; se percibe como un estado de meditación y nos permite voltear a vernos nuevamente con extrañeza, algo valioso en una época en la que una imagen se consume en segundos. En el trabajo de Daniela la imagen y la pregunta se quedan con uno y podemos llevárnosla a casa a seguir preguntándonos ¿Qué más hemos olvidado cómo observar el día de hoy?

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