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Visita de estudio . Daniela Libertad 

Por Elena Piedra | Marzo, 2020

http://gastv.mx/studio-visit-daniela-libertad/

Corre un río de vida en el estudio de Daniela Libertad (México, 1983).

El espacio es luminoso. Hay una ventana corrida de pared a pared por la que se asoma una jacaranda en flor. El colorido dentro se empareja con el de afuera y todo podría permanecer armónico, en calma, de no ser por la intervención de Daniela. Su voz enérgica y su emoción por hablar de las cosas vibra entre las plantas y los dibujos que penden de las paredes.

Comenzamos la conversación.

Su ancla es el dibujo. Ocupa los medios que necesita, según el tema que le revuelva la cabeza, pero siempre, a partir de ése piensa los demás.

Camino por el espacio. En uno de los pasillos se alínean tres cuadros: Paisajes, (2017- ). Un día comenzó a trazar líneas. Líneas de colores, líneas que no eran nada, que no buscaban tomar forma ni representar solo entender la relación entre verticales y horizontales. Exploró tanto como el soporte le permitió y acabó llegando a la trama. Virginia Colwell la instó a acercarse al tejido, de ahí el grandioso resultado de sus dibujos tejidos (2020- ).

Hay un anaquel en una esquina. En el primer nivel se alínean enormes carpetas blancas fechadas con mes y año. En el segundo, paquetes de papel, algunos libros y una caja con quién sabe qué objetos. Los dos inferiores cargan un caos de herramientas de todo tipo. Le pregunto por su proceso de trabajo: son preguntas las que detonan. Se acerca desde lo más básico, lo más simple. Las formas por sí mismas lo van complejizando.

Ese camino es claro en su Estudio sobre el triángulo (2016- ). Tres líneas, tres aristas, tres ángulos, colores, pero luego viene la inversión, las reformas, tensiones, desdobles, aperturas y los materiales, incluso la sombra. Encuentra en la plástica un medio para explorar pero también un órden, un lenguaje con el cual dialogar el mundo.

“He estado pensando en los ángulos, en los quiebres de una línea, torcerse el tobillo, tropezar, en cualquier alteración de una trayectoria.”1

Dentro de la geometría Daniela encuentra un rango de libertad enorme. La línea, los elementos básicos y mínimos son infinitamente elásticos.

“Un día voy a convertir un triángulo en un círculo, no se cómo pero estoy empesinada y lo voy a hacer”. La mirada de Daniela es un cristal profundo que descompone luz hacia todos lados.

De un tiempo para acá, la artista se ha dedicado a perseguir la no-forma. Intuye que es una misión fallida, que no logrará capturarla nunca, pero se esfuerza por hacerlo como un ejercicio para entender más sobre las figuras, sobre el contenido y el contenedor.

“Hay un mini segundo, un mini instante en el que algo no es, justo antes de pasar a tomar forma”. Me parece que con su lenguaje geométrico escribe ensayos de filosofía: “¿Existe realmente lo no formado?”.

Daniela ha intentado escapar a lo reconocible, escapar a la materia. Borrar, deshacer, desbordar. Inventa y ejecuta acciones para minar el límite, para capturar el momento de la no-forma, la transición. Sus ideas constantemente trascienden la plástica y horadan en tierras más íntimas y humanas —la gestación de un ser, los conceptos, la paciencia—. Sin embargo, no es la filosofía el objetivo, sino la creación de objetos la que le da un goce tremendo.

Su voz vuelve a cargarse de emoción. “El objeto creado tiene una potencia que se sale de mi control, de mi alcance. El proceso de pensamiento que hay detrás, es la energía, el fuego que anima al objeto. No siempre se logra, pero cuando prende se vuelve candela. Cobra vida. Me sonríe y me saca la lengua a la vez”.

Su relación con la materia es fascinante. Sea en forma de círculo o de ángulo de concreto, incluso de color, Daniela encuentra en cada objeto una personalidad y una voluntad autónoma. Se enfrenta a ella y la conduce hacia el medio que le permita acercarse a las respuestas.

La escultura, por ejemplo, le interesa como medio de experimentación, no como pieza terminada. En las dinámicas escultóricas encuentra una composición progresiva y superpuesta de imagen, forma, acción, material y tiempo. Así también, el video es el soporte con el que logra registrar, no solo un objeto, sino su propia experiencia de interacción con él.

Sobre una larguísima mesa de trabajo abrimos una de las carpetas blancas. Hojas y hojas escritas a mano, páginas impresas con notas, fotografías de personas y de obras de otros artistas. “Leitmotiv, de Cinthia Marcelle, me ayudó a entender por dónde iba la búsqueda de la no-forma”, me dice mientras señala una imagen en blanco y  negro que podría ser una ola en alta mar.

Escribe mucho. Tiene bitácoras —antes cuadernos— desde 2013. Son una especie de diario, ahí registra el proceso, desde la inquietud, antes de empezar a hacer y luego todo el proceso. Considera que el verdadero trabajo está ahí. Ahí sucede. Puedo notar que Daniela escribe mucho. No solo en las bitácoras. Hay un mensaje de amor pegado en la ventana y un par de ensayos de la serie Del poder de las palabras (2011- ), en la que explora la imagen de las palabras, su composición: “mire a la vida / de frente”, “toda luz / produce sombra”, “tarde / lo que / tarde”.

Como en su trabajo, en su forma de ser brota todo el tiempo una vocación poética. La plática está llena de metáforas e imágenes fuertes. Me cuenta que cada proyecto es un universo que aún permanece con muchísimo que descubrir. Puede que tenga temas o medios en reposo, pero no siente que haya concluído aún ninguna de sus líneas de investigación. Su voz no se agota. La visita sí.

 

Por el estudio flotan sus ideas desordenadamente: siempre contenedor, puede ser idea, palabra, forma o pedazo de papel; el aire y el vacío; un objeto vivo que acompaña; paisajes, dibujos entramados que se vuelven tejidos, dibujos tejidos, tiempos entramados en un dibujo. Tejer mientras se espera.

De camino a la salida me fijo en una lista de 15 puntos que tiene impresa sobre papel. Recuerdo tres: “Silencio y color blanco”, “paciencia para hacer y no hacer” y  el 7, “Ahora, es un tiempo de olas”.

Me viene un poema a la cabeza mientras me despido, un fragmento quizá:

¿La ola no tiene forma?
En un instante se esculpe
y en otro se desmorona
en la que emerge, redonda.
Su movimiento es su forma.

Fotos de estudio: María Fernanda Abaroa.

Foto de portada: Ensayo sobre circunferencia. Investigación en proceso que estudia el concepto de circunferencia. Algunas de las preguntas que guían esta investigación son: ¿Qué sucede con los límites que construyen una circunferencia?, ¿son flexibles?, ¿cómo?, ¿Cuánto dura una circunferencia?

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1 Estudio sobre el triángulo enwww.danielalibertad.com

2 Frente al mar, de Octavio Paz.

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